miércoles, 8 de octubre de 2008

Viento


Sólo los árboles conversaban con el viento. Pensaba: ¡Qué hermoso es el viento!, robusto y sereno a la vez. Sus conversaciones secretas con los paisajes, las palabras que lleva hacia todo destino. También se lleva el dolor.
Cuando era chico me enseñaron que en los momentos de desconsuelo me fuera a algún lugar donde el viento soplara fuerte, y lo dejara que me acaricie la cara, conversara con el de aquellas cosas que me angustiaban, y así, al poco tiempo desaparecería la tristeza. ¿Quién puede negar que el viento nos habla?

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